La carrera hacia el esperado Mundial de Fútbol de 2014 comenzó de lleno con el sorteo de las eliminatorias de anteayer, en esta ciudad de Rio de Janeiro. Sin embargo, con serios atrasos en las obras de los estadios en las 12 ciudades sede y constantes problemas en los proyectos de infraestructura clave, la gran duda es si el país anfitrión estará listo a tiempo para celebrar el campeonato. La megaescenografía y toda la organización montada para el acontecimiento buscaron crear un clima de fiesta, pero en el fondo se oyen voces de alarma.
El imponente Estadio Maracaná |
La mayor inquietud la despiertan los trabajos en las ciudades de San Pablo -la mayor urbe del país, que aspira a recibir el partido inaugural- y Natal, en el Nordeste. Las obras en el estadio paulista, la Arena Corinthians o Itaquerão, recién comenzaron en mayo de este año; su costo había sido originalmente estimado en 312 millones de dólares, pero ya se habla de que la factura final será de por lo menos 500 millones. En Natal, la construcción del estadio Arena das Dunas ni siquiera se inició; los mejores pronósticos señalan que los trabajos comenzarán en septiembre.
En el propio Río, que, según todo indica, será escenario de la final del certamen, la refacción del legendario Maracaná también está atrasada y ha sufrido aumentos en los costos de sus obras: de 597 millones de dólares pasó a 625 millones.
La FIFA tenía pensado usar el sorteo de las eliminatorias para anunciar también finalmente qué ciudades recibirán la apertura y la clausura del Mundial, pero para darle más chances a San Pablo, atrasó la decisión hasta la reunión de su comité ejecutivo, en octubre, en Zurich. En cambio, esta semana confirmó que el campeonato tendrá su ceremonia inaugural el 12 de junio de 2014, con el primer partido al día siguiente, y que la final se disputará el 13 de julio. También anunció que la Copa de Confederaciones, que servirá de test para el Mundial, se realizará en Brasil entre el 15 y el 30 de junio, con Río, Brasilia, Belo Horizonte, Porto Alegre y Salvador como sedes.
La inversión total en estadios e infraestructura será de 14.000 millones de dólares, 3000 millones de los cuales son inyectados en la modernización de los aeropuertos. Silva destacó, además, que la presidenta Rousseff creó un grupo a nivel ministerial para resolver específicamente los problemas en los aeropuertos y que para fin de año se abrirá a licitación privada -nacional y extranjera- la gestión de tres de las principales terminales del país: Guarulhos y Viracopos/Campinas, en San Pablo, y el Juscelino Kubitschek, en Brasilia. Y no se descarta que el año próximo esta apertura a la iniciativa privada se extienda a otros aeropuertos.
"Mucho más que 64 partidos para 32 equipos estará en juego; para nosotros, el Mundial significa inversión. Nos permitirá atraer inversiones para mejorar la infraestructura de Brasil", indicó Silva, quien detalló que actualmente hay 25 proyectos en marcha.
El funcionario afirmó que para finales de 2012, ocho estadios estarán listos, y que para la Copa de las Confederaciones la lista ascenderá a diez, con la idea de tener el resto listo para diciembre de 2013.
Por su parte, el ministro de Deportes subrayó que el impacto económico directo de las obras gira en torno de los 30.000 millones de dólares, mientras que el indirecto alcanza otros 80.000 millones.
"El Mundial de Fútbol de 2014 es una prioridad nacional. Es parte de la agenda presidencial y de importancia para los gobiernos estatales y municipales en todo el país", afirmó el funcionario.