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| Canasvieiras |
“Se cumplieron las expectativas que teníamos, los visitantes argentinos crecieron un 12% con respecto a 2010”, cuenta Valdir Walendowsky, presidente de SANTUR, el ente que regula el turismo en la zona. Según calculan, unos 440.000 argentinos cruzaron la frontera por vía terrestre o aérea para vacacionar en
Florianópolis en diciembre, enero y lo que va de febrero. Las reservas para el resto del mes bajaron muy poco.
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| Ingleses |
“Eligen venir acá por las playas, pero también por la oferta de actividades diferentes. Este año aumentó la concurrencia a expediciones deportivas como buceo, surf, parapente”, explica el funcionario.
Canasvieiras,
Ingleses y
Ferrugem, como cada verano, fueron un hervidero de porteños, cordobeses y mendocinos. Los Boca-River estivales, en las calles de los tres balnearios, se vivieron como en Mar del Plata, con cantitos, gastes y procesiones futboleras. Pero la particularidad de 2011 fue que varias playas antes recónditas y exclusivas de los brasileros comenzaron a ser concurridas por familias y jóvenes argentinos.
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| Ferrugem |
“Estamos recorriendo todo, y decidimos parar en
Santinho porque nos dijeron que era muy lindo y más tranqui dentro del norte de la isla, donde hay generalmente más movida y juventud”, relata Mauricio Costas, de Buenos Aires, quien vino a pasar diez días en Floripa junto a su mujer y sus dos hijos. “Yo vengo siempre a
Santinho, porque hay poca gente y espacio en la playa, pero este año encuentro demasiados argentinos”, sonríe Anna, una brasilera de 60 años.
Via/
Clarin
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