Cada verano, Santa Catarina recibe oleadas de turistas, sobre todo argentinos. La ecuación es simple: tentadoras playas, ritmo y color a una distancia cercana y sin los costos más elevados del norte brasileño. De las aguas transparentes, la exuberante vegetación de la mata atlántica, los excelentes servicios hoteleros y la deliciosa gastronomía –que va de las caipirinhas a los mejores mariscos del país–, ya se ha hablado mucho. Pero
Bombas y Bombinhas son dos balnearios donde, además, brillan las actividades náuticas, en especial las travesías a islas cercanas y el buceo, una experiencia al alcance de cualquier visitante que quiera descubrir el fascinante mundo subacuático que yace entre corales y peces multicolores.
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