La Presidenta Dilma Rousseff le declaró la guerra al "súper real" y envió un contundente mensaje al mercado nacional e internacional al dejar bien en claro que su gobierno intervendrá con fuerza en caso de que el tipo de cambio vuelva inviable a la actividad productiva.
En este sentido, la última jugada en este complejo tablero de ajedrez corrió por parte del Banco Central de Brasil, que impuso a los bancos de ese país la obligación de depositar en efectivo, a partir de abril, el 60% de sus posiciones cortas en dólares, con el objetivo de reducir la oferta de billete verde en la plaza y quitarle presión alcista a la moneda nacional.
Via/ Misiones on Line