Fuerte adelante, débil atrás esa es la imágen que dejó Argentina. A pesar de sacar un delantero, Alejandro Sabella no consiguió la solidez defensiva que tanto añora.
Messi, Di María e Higuaín fueron los estandartes de una selección letal en ofensiva.
Con un show de goles y un partido repleto de emociones, como le gusta al público de Estados Unidos, la Argentina venció a Brasil 4-3 en Nueva Jersey.
Las dudas en el fondo albiceleste estuvieron desde el primer minuto. Neymar estaba intratable. Brasil era más, y Romulo, levemente en off side, anotó el 1-0.Cuando parecía que Neymar le ganaba el duelo, apareció Leo, y en tres minutos, luego de dos grandes habilitaciones de Higuaín y Di María, dio vuelta el partido.
Brasil seguía atacando y Romero le tapó a Neymar el empate. Pero la igualdad no tardó en llegar.
En el complemento, Oscar entró sólo por el centro del área, y definió sin apuros ante la salida del uno. Después, tras un error de Romero en la salida de un córner, le dejó a Hulk la pelota servida para poner el 3-2.
Había salido José Sosa, de bajo rendimiento, e ingresó Guiñazú en busca de mayor solidez en el fondo. Justamente, fue Federico Fernández, quien de cabeza, empató el partido en Nueva Jersey.
Ya era un verdadero show el que regalaban los dos equipos, algo que seguramente festejó el público estadounidense, acostumbrado al entretenimiento constante.
Brasil, que jugó con el equipo que participará en los Juegos Olímpicos de Londres, también mostraba debilidad en defensa.
Messi frotó la lámpara de vuelta, y en una de sus clásicas diagonales, disparó desde afuera del área y la clavó en el ángulo.