En Belo Horizonte, la capital de Minas Gerais, hay alarma. El gobernador decretó este viernes el “estado de emergencia” sanitario en el territorio del estado, es que hay un brote de fiebre amarilla que se propaga a gran velocidad. Pasaron tan solo siete días desde que se detectó el primer caso y ya asciende a 110 el número de pacientes afectados; con un nivel de mortalidad inusualmente elevado: son 40 las víctimas que no sobrevivieron a la enfermedad.
Según indicaron las autoridades de Minas Gerais, el tercer estado en importancia de Brasil, desde que comenzó esta semana, los casos se quintuplicaron. Y aun cuando más de la mitad de la población está vacunada; remanente de 40% que carece de protección. El gobernador Pimentel, un economista que fue ministro de Dilma Rousseff, indicó que se tomarán “todas las medidas necesarias para contener el brote”.
El virus es inoculado por picadura del mosquito Aedes aegypti, el mismo que transmite el dengue, el chikungunya y el zika. En las zonas tropicales, la fiebre amarilla es endémica; en cuanto a Argentina las áreas de mayor riesgo son Misiones y Formosa, por su proximidad con Brasil, Paraguay y Bolivia. En cuanto a Buenos Aires, la última epidemia ocurrió hace 146 años, bajo la presidencia de Sarmiento. Como a fines del siglo XIX, el mal vendría también de Brasil; tal vez no por barco como antiguamente pero sí por avión. El peligro yace en el tipo de contagio: en las regiones selváticas, el virus se transmite a partir de los monos por medio de dos mosquitos: Haemagogus y Sabethes. Pero en las zonas urbanas el vector es el Aedes aegypti, y de persona a persona.
El miedo a la mortífera epidemia ya se trasladó a otros estados provinciales brasileños. Están en alerta especialmente Bahía –uno de los principales destinos turísticos del país- y Espírito Santo, fronterizo con Río de Janeiro. Los bahianos decidieron poner el foco de su vigilancia en las regiones que lindan con Minas y con Goiás, que alberga a Brasilia. Enviaron equipos de expertos para analizar la evolución de la epidemia transmitida tanto entre personas por el Aedes como también el contagio por los monos. No descartan, entre tanto, una campaña de vacunación masiva.
Según indicaron las autoridades de Minas Gerais, el tercer estado en importancia de Brasil, desde que comenzó esta semana, los casos se quintuplicaron. Y aun cuando más de la mitad de la población está vacunada; remanente de 40% que carece de protección. El gobernador Pimentel, un economista que fue ministro de Dilma Rousseff, indicó que se tomarán “todas las medidas necesarias para contener el brote”.
El Aedes Aegypti es transmisor de varias enfermedades |
El miedo a la mortífera epidemia ya se trasladó a otros estados provinciales brasileños. Están en alerta especialmente Bahía –uno de los principales destinos turísticos del país- y Espírito Santo, fronterizo con Río de Janeiro. Los bahianos decidieron poner el foco de su vigilancia en las regiones que lindan con Minas y con Goiás, que alberga a Brasilia. Enviaron equipos de expertos para analizar la evolución de la epidemia transmitida tanto entre personas por el Aedes como también el contagio por los monos. No descartan, entre tanto, una campaña de vacunación masiva.