Como se hace tradicionalmente se cortará el tránsito con anticipación y se convertirá a este barrio de 100 cuadras y un área de casi 8 kilómetros cuadrados en un espacio exclusivo para peatones y al que sólo se accederá en metro y en algunos autobuses.
Pese a que toda Copacabana estará bloqueada, la fiesta se concentrará en los cuatro kilómetros de arenas blancas de la playa y en el malecón que concentra a gran parte de los hoteles de Río de Janeiro.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, considera que, así como en años anteriores, nada impedirá que el Reveillon, como es conocida la fiesta de año nuevo en Brasil, sea una fiesta perfecta en Copacabana y sin igual en el mundo.
A diferencia del año pasado, sin embargo, la fiesta de este año promete ser en una noche muy caliente y seca y sin lluvias, debido a un inicio de verano austral que elevó la temperatura de Río de Janeiro el pasado martes a 43 grados centígrados, su mayor nivel histórico. Los fuegos artificiales que iluminarán el cielo de la Cidade Maravilhosa en los primeros 16 minutos de 2013 prometen ser un espectáculo extraordinario de música y luz perfectamente sincronizados.
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